La histórica convención universal marca un punto de inflexión en el derecho marítimo internacional.
Rabat – Marruecos ha firmado oficialmente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, centrada en la conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas fuera de la jurisdicción nacional (BBNJ).
El embajador Omar Hilale, representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas, firmó el documento en una ceremonia que ha sido aclamada como un momento crucial en la historia del derecho marítimo internacional. La ceremonia de firma tuvo lugar el jueves en la sede de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, coincidiendo con el 78º período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, informaron los medios estatales marroquíes.
Con esta firma, Marruecos forma parte ahora de los 75 países que han respaldado este tratado jurídicamente vinculante, que marca la culminación de 18 años de intrincadas negociaciones multilaterales. La convención entrará en vigor tras la ratificación de 60 naciones, prometiendo una nueva era en la gestión de los océanos del mundo.
A lo largo del largo proceso de negociación, Marruecos desempeñó un papel de liderazgo en el escenario mundial. La nación representó al Grupo Africano e hizo contribuciones sustanciales que finalmente llevaron al consenso internacional detrás de la adopción de la Convención.
Este histórico tratado universal marca un punto de inflexión en el derecho marítimo internacional. Defiende herramientas de gestión innovadoras y ambiciosas para garantizar la conservación y el uso sostenible, racional y equitativo de la biodiversidad marina. Las disposiciones clave incluyen evaluaciones rigurosas del impacto ambiental y el establecimiento de áreas marinas protegidas.
Es importante destacar que esta convención se centra en la protección de áreas marinas más allá de la soberanía territorial y las zonas económicas exclusivas de las naciones costeras. Al hacerlo, brinda la oportunidad de abordar áreas marinas en alta mar, aguas internacionales más allá de la jurisdicción de una sola nación.
La alta mar representa un asombroso 60% de la superficie oceánica de la Tierra y casi la mitad del área total del planeta. Hasta la adopción de este marco legal global, estas vastas áreas no tenían protección específica, lo que las hacía cada vez más vulnerables a las presiones de las actividades humanas, la contaminación, la sobreexplotación de recursos, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.